¿Orientación Psicológica?
Es un término curioso. Cuando uno está en una ciudad extranjera, por ejemplo, puede ir a un punto de Información para varias cosas. Por ejemplo, podría ser que no supiera dónde está. Entonces los del punto informativo le dirían… “se encuentra Ud., en la Plaza tal”. Bueno, le han orientado. También podría ser que no supiera cómo hacer para ir a algún punto de la ciudad. En este caso los del punto de Información le dirían algo así como… “tome esta calle, ande recto y a la tercera se encontrará con…” En este caso también le han orientado. O pudiera darse el caso que busca qué cosas ver de la ciudad. “Ah, le diría el del punto de información, pues mire Ud., puede ver la Catedral, la zona del barrio rojo…” También en este caso le han orientado. O quizás la persona que está en esta ciudad se encuentra azorado, confuso, y no recuerda cómo demonios se llama. Entonces los del punto de información podrían mirar si lleva documentación y le informarían de que es fulano de tal y que van a llamar al médico porque le ven confuso y azorado. También en este caso han realizado una función orientadora.
Y digo eso porque definir qué es Orientación Psicológica es algo complejo y se asemeja a los ejemplos que os he puesto. Y seguramente a muchos otros más que no tengo en este momento en mi memoria, o en mi imaginación. Como se puede ver varias son las alternativas ante las que nos encontramos. Pero, ¿en qué lugar se ubica ese punto de información? Se supone que lo ubican en un lugar de fácil acceso, visible al público, accesible a todo pichi pata, con personal amable y muy dispuesto a ayudar al turista que viene a por lo que sea. Ya, me diréis, pero es que no es lo mismo. Bueno, os diría yo, no es lo mismo pero muy parecido. Vamos a ver, primero, en dónde lo ubicamos un servicio así. Y no me refiero a la ubicación física, claro.
Ahora comenzamos a hablar de itinerarios psicoterapéuticos. De hecho es una palabreja que me he inventado yo. Apareció esta mañana en el curso de un espacio de supervisión en el CSMA de Sant Andreu. Y ¿qué es un itinerario terapéutico? Pues como un recorrido planificado por los servicios asistenciales, a lo largo del que el paciente va desarrollando, o volviendo a desarrollar una serie de aspectos que por razones que ahora no vienen al caso, quedaron detenidos. Es decir, es la planificación de una serie de intervenciones que apuntan todas ellas a facilitar o posibilitar el reinicio de un proceso madurativo que quedó truncado parcial o totalmente. Haciendo un esfuerzo sintetizador y reconociendo que seguramente muchas intervenciones quedan en el tintero, podríamos trazar un itinerario general que inicie en lo más sencillo hasta alcanzar el nivel psicoterapéutico óptimo, desde mi punto de vista. Claro que esta división puede sonar un poco rara. Los anglosajones que ya sabéis les gusta mucho eso de ir como organizando y controlando todo lo que pueden, tienen diversos niveles profesionales en un afán de acotar lo que cada uno hace o deja de hacer. Cierto que nosotros, los hispanos, vamos de otra guisa. No nos gusta demasiado tanto nivel de organización ya que tenemos la tendencia a creer, o al menos eso es lo que pienso yo, que tanta organización guarda un cierto aspecto perverso y limita excesivamente la creatividad y las posibilidades de intervención. Pero como hay posibilidades de que alguien “se pase de listo”, por eso buscan ir como acotando el terreno.
Un primer eslabón podría ser lo que llamaríamos “Ayuda” o incluso “Consejo”. Creo sinceramente que este eslabón o punto del itinerario lo desarrollamos todos. SI bien en otros mundos acotan quién y cómo se hace eso, creo que alguien con sentido común está absolutamente capacitado para ello. Cierto que eso del sentido común es el menos común de los sentidos, pero lo que hace un buen amigo, una persona que te conoce y que por lo que le cuentas te indica cuál es en su opinión lo que deberías hacer, a eso le podemos denominar ayuda. O Consejo.
Un segundo nivel creo que englobaría el terreno de las denominadas Terapias. Terapia no significa más que “Ayuda”. Aquí podemos ir visualizando un terreno más amplio. Por un lado todo el conjunto de intervenciones terapéuticas que utilizan el cuerpo, el movimiento, la música, la expresión… incluso intervenciones más técnicas como el terreno de las reeducaciones (de psicomotricidad, lenguaje, cálculo…). Incluyo ahí las intervenciones conductuales, cognitivas y sistémicas que buscan introducir modificaciones, adquirir hábitos, cambiar enfoques y manera de hacer las cosas o de entenderlas y abordarlas, de forma que el paciente disponga de recursos que le permitan seguir su sendero. Estas modificaciones se instalan bien en los aspectos de la conducta, de la cognición o del sistema familiar en el que vive el sujeto.
Un tercer nivel lo podríamos denominar Orientación Psicológica. Aquí comienza a intervenir no tanto el sentido común (que nunca hay que dejarlo en el armario) sino que además, hay algunos elementos técnicos que nos facilitan realizar intervenciones con una doble intencionalidad: abrir cauces para que uno pueda pensar sobre sí mismo y ver cómo salir del atolladero, y allanar el camino para comenzar a realizar intervenciones de mayor calado. En realidad se sitúa en un terreno intermedio entre lo que denomino Terapias y Psicoterapias, ya que participa de aspectos que provienen de estos dos territorios. Hay un nivel en la Orientación que potencia los elementos terapéuticos y otros niveles que buscan acercarse al territorio de las psicoterapias.
Este es el cuarto nivel, el de las psicoterapias. Ahí, con esta la palabra que se inicia con el prefijo Psico, organizan su intervención ante lo que denominamos patología. Son intervenciones que dirigen su atención a alguien que presenta una configuración personal que genera y le genera problemas importantes. Como podéis pensar existe un amplio abanico y las diferencia de las terapias por el acento en la comprensión del denominado conflicto psíquico. En mi opinión, sólo la consideración de conflicto psíquico otorga categoría de Psicoterapia a lo que puede ser entendido en un inicio como Terapia.
Un quinto nivel lo determinarían las intervenciones inspiradas en el psicoanálisis. Ahí considero que se enfoca básicamente el conflicto psíquico individual (no se entiende desde otra perspectiva), y ese conflicto está muy condicionado por elementos inconscientes que deben poder ir modificando su condición y convertirse en conscientes. Sólo así el sujeto es plenamente consciente o más consciente de sus actos y de las consecuencias de ellos.
Finalmente habría un sexto nivel, el grupoanalítico, que más allá de todo lo que hemos señalando hasta aquí, introduce de forma unificadora, holística, el terreno social, institucional, poniendo a los profesionales en un nivel de trabajo tal que quedan incluidos en la ecuación psicoterapéutica. Este, como podréis comprender, es el nivel más complejo de intervención. Introduce no sólo al sujeto portador de una determinada configuración sino a su grupo familiar, a los grupos de ese grupo familiar, a los profesionales implicados, a la institución en la que es tratado. Y todo ello utilizando una comprensión grupal del ser humano que no está presente en ninguna de las otras opciones anteriores.
La Orientación psicológica es, por consiguiente un eslabón en lo que sería el itinerario psicoterapéutico y tiene como objetivo el esclarecer el conjunto de elementos que constituyen un problema y contribuir en el trazado de un itinerario psicoterapéutico acorde con las posibilidades no sólo de la persona sino del grupo familiar, de la institución en la que se trata, la sociedad en la que se ubica.
Dr. Sunyer