T. +34 639 779 053 | grupoanalisis@grupoanalisis.com
martes, marzo 21, 2023
/

30. A mi lo que me pasa es que tengo mucha pereza a ir a los encuentros con mis amigos, no porque no les aprecie, no. Es porque temo lo que me van a preguntar, a no tener la respuesta que esperan, a que descubran que no sé del tema o que soy aburrido. ¿Esto es consecuencia de mi ansiedad? 

/

Diría que sí. Es que la ansiedad no es otra cosa que un indicador de que a la persona que la tiene le pasa algo que le genera un ponerse en guardia, a activar una serie de mecanismos mediante los que el propio organismo se pone en alerta. Y, en consecuencia, hay ansiedad. Pero esa ansiedad va tomando formas diferentes que, en este caso, es esa pereza, esa aprensión al contacto con los demás. Esa pereza de la que habla es expresión de que hay algo que teme y, en consecuencia, la ansiedad le hace tener esa pereza o aprensión al contacto.

Estar con más personas es estresante para todo el mundo; otra cosa es que de forma natural desarrollamos sistemas para que este estrés, esta tensión, se canalice y posibilite una sociabilidad que me haga estar con ellas. Por ejemplo, el típico chistoso es alguien que ha sido capaz de canalizar la ansiedad del encuentro mediante su capacidad de contar chistes y hacer reír a los demás. Su tensión la ha reconvertido en un sistema que le resulta beneficioso para él mismo y los demás: se siente acogido, apreciado y valorado por su capacidad en distraer y hacer reír a los demás; eso le refuerza su autoestima lo que le permite tener un grado de aceptación que le resulta valiosa. O el intelectual que le gusta de hacer conferencias sobre temas de interés general. O al que le gusta cantar y hacer cantar. O jugar a cartas. Todos estos sistemas no son solo “habilidades sociales “ por tomar una etiqueta de mucho uso, son sistemas de reconversión la ansiedad del contacto con el otro en un producto que le enriquece, le hace sentirse querido y valorado. Cuando por lo que sea esto se viene abajo, se hunde.

Por esta razón, cuando nuestra autoestima está baja, cuando creemos que debemos dar la talla o mostrarnos como vemos que se muestran otros para ser aceptados y no tenemos esos recursos, ir a un encuentro es altamente estresante. Y aparecen la pereza, las excusas para no ir e incluso dolores en el propio cuerpo (me duele la cabeza) y tener una justificación para no ir. A la postre es ansiedad, simplemente eso.

 

Añadir un comentario